El mes pasado, Bloomingdale sufrió una gran pérdida con el fallecimiento de Dianela Sánchez. Dianela fue primero madre en Bloomingdale porque sus amados hijos, Ramdi, Raini y Dianellis asistieron al programa. Luego formó parte del personal de Bloomingdale cuando empezó como suplente en uno de los salones de clases y en el 2014 fue contratada como asistente de maestra. En sus años con nosotros, Dianela trabajó en varios salones de clases pero su última asociación fue con Brenda Soriano en el salón de los 3 años fue muy especial. Ella silenciosamente creó una atmósfera en la que los niños podían prosperar y crecer. Ella estuvo completamente presente para los niños y fue muy hábil en el cuidado emocional y la resolución de conflictos.
Nuestro director ejecutivo, José Velilla, la recuerdo de una manera especial; Dianela siempre fue un miembro maravilloso del equipo de Bloomingdale. Abordó el trabajo con calma y una sabiduría innata que a menudo guardaba para sí misma hasta que la necesitara. Ella siempre estuvo dispuesta a ir más allá en todo lo que pudiera. Especialmente le encantaba trabajar con los niños y absorbió todo el plan de estudio y la información didáctica para poder aplicarlo a su trabajo con los niños. Su fallecimiento fue difícil para todos nosotros y reconocemos que hemos perdido el verdadero espíritu de Bloomingdale.
Marilyn Barnwell, nuestra directora del programa de educación, la recordó de esta manera; Cuando pienso en Dianela quiero sonreír. Ella trajo la luz del sol a nuestro programa y eso es en lo que voy a pensar cuando recuerde a Dianela.
Realmente pude sentir su sol cuando era madre y estaba embarazada de su hija Dianellis. Era una mamá embarazada muy feliz y sentía su felicidad. Cuando Dianellis tuvo edad suficiente para asistir a Bloomingdale, pudimos incorporar el sol de Dianela a nuestro programa educativo. Dianela tuvo un impacto cálido y enriquecedor en nuestros salones. Creo que ella nos disfrutó tanto como nosotros disfrutamos de ella. Dianela continuó en nuestras aulas y fue una compañera increíble en un equipo docente dinámico. Ella y Brenda trabajaron juntas a la perfección y brillaron juntas.
Por mucho que disfrutaba estar con nosotros y los niños de Bloomingdale, el mayor orgullo y alegría de Dianela eran sus propios hijos. Estaba más alegre cuando hablaba y compartía fotos de sus hijos. Seguramente extrañaremos el alma cálida y protectora de Dianela y es una gran pérdida para Bloomingdale.
Dianela es profundamente extrañada por sus compañeros, familia y amigos. Estamos muy agradecidos por el tiempo que ella estuvo con nosotros aquí en Bloomingdale